Los sueños se construyen día a día

¿Qué tal, mi gente? ¿Cómo están?

Quiero contarles que cada noche me tomo un tiempo para reflexionar y agradecer cada oportunidad y enseñanza que se me manifiestan en el transcurso del día.

Yo sé que no todos los días son buenos, pero somos nosotros mismos los que decidimos si quedarnos atascados o agarrar impulso para conquistar nuestros sueños.

Y viéndolo bien, hasta aburrida sería la vida si todos los días fueran buenos o si todos los trayectos que tuviéramos que recorrer, fueran fáciles.

¡Claro! No con esto estoy diciendo que todo nuestro andar por la vida tiene que ser malo a diario para poder decir con orgullo que logramos cualquier cosa a través de sacrificios… ¡No!


Sin embargo, soy fiel creyente de que los sueños se construyen día a día, trabajando duro y disfrutando el proceso, sin rendirnos en el primer obstáculo… Ahí está el balance y el equilibrio. Cosas buenas, cosas malas. Experiencias agradables, experiencias desagradables.

De eso realmente se trata la vida…

Pero, como les dije antes, seamos nosotros mismos los que saquemos algo bueno de los días malos, y aprendamos siempre…

¡No olviden que mientras más difícil es el camino, mayor es la recompensa! Y que los momentos buenos de la vida, son para disfrutarse y agradecerlos.

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